Ropistoria: Los jeans

Pantalones vaqueros, un clásico



¿Quién no tiene un par de estos en su armario? Y es que los vaqueros son un clásico que nunca perdió su importancia en lo que refiere a moda. Si bien los pantalones de este tipo de tela no tienen muchos años de antigüedad, es claro que van a continuar siendo tendencia por muchos más. Y, como toda prenda, tiene su historia.

 

Un vistazo al pasado: tela vaquera y los primeros jeans


Tela vaquera, mezclilla o denim


Los blue jeans nacen alrededor del 1850 en EE. UU, de la mano de Levi Strauss y Jacob Davis. Por supuesto que hay registros del uso de pantalones mucho más atrás en la historia, pero específicamente los que están hechos con tela vaquera tuvieron su origen en ese año.

El origen de la tela se remonta al siglo XVI, en Génova, Italia. Se trata de una tela de algodón de calidad media y costo razonable; a la que también se la llama como mezclilla o denim; que en esa época se usaba como ropa de trabajo; y que se tiñó primero con añil de la India, para luego cambiar el método a índigo sintético. Los marineros genoveses la usaban como materia prima para sus pantalones, ya que era tosca y resistente.

Levi Strauss era un comerciante nacido en Bavaria que se mudó a San Francisco en 1853 para abrir un negocio de telas por mayor. En esa ciudad se dio el nacimiento de Levi Strauss & Co.

Davis era un sastre que solía comprarle rollos de tela a esa casa mayorista. Un día decidió escribirle a Strauss, proponiéndole ser socios comerciales y trayéndole una idea que pronto revolucionaría Estados Unidos: un diseño de pantalones que tuviera remaches de cobre en los puntos de mayor tensión; como las esquinas de los bolsillos y el botón, para reforzarlos y así hacerlos más fuertes. Levi aceptó, y así comenzaron los experimentos para lograr pantalones específicamente diseñados para los mineros; ya que unas décadas antes la Fiebre del Oro en California había comenzado.

Viejo logotipo de Levi Strauss & Co, ideado por Levi. Se muestran dos caballos enganchados a un pantalón marca Levi's, y que tiran en dirección contraria. Esto era para demostrar la dureza y la resistencia de sus pantalones.


Finalmente, la patente para remachar los pantalones de trabajo se les otorgó en 1873; y aparece el primer blue jean. Estaba hecho de mezclilla obtenida de un fabricante textil estadounidense, con un solo bolsillo atrás, un bolsillo para el reloj —porque sí, ese bolsillo minúsculo que se encuentra en los jeans era para guardar el reloj de bolsillo; que, aunque ahora no sirva para nada, se conserva por tradición—, un cordón, botones para tirantes y un remache de cobre en la entrepierna.


El propósito del bolsillo pequeño del jean era guardar el reloj de bolsillo.


El jean se publicitó y en 1890 se le llamó al modelo como “lote 501”; precisamente porque ese fue el número de lote que se le asignó durante su fabricación. Y no se necesitó mucho tiempo para que la competencia comience a desarrollar sus propios modelos, razón por la cual Levi’s incorporó su emblemática lengüeta roja. Desde ahí, todo fueron cambios: menos remaches, más bolsillos, hebillas, botas acampanadas y ceñidas, cadera ancha, agigantamiento de proporciones…


La etiqueta del pantalón Lote 501


Después de que estrellas como James Dean los popularizaran y los volvieran un símbolo de rebeldía juvenil, el uso de jeans se volvió más aceptado. Fueron artículo común entre la comunidad hippie en la década del ‘60, en la del heavy metal y el hip-hop en los 70s y 80s, y en la skater en los 90s. Y aún lo siguen siendo. De hecho, son la única prenda de vestir que ha unido a seis generaciones.
 

Pantalones y mujeres: una combinación prohibida por la ley


Mary Walker, 1870. Fue una mujer cirujana en la Guerra de Secesión de Estados Unidos, que fue arrestada dos veces en el transcurso de su vida por el uso de ropa "masculina".

Tal como lo leíste: en el mundo occidental, en lugares como San Francisco, Ohio, Illinois, o Texas había leyes aprobadas que restringían a las mujeres el uso de pantalones; argumentando que no era una vestimenta que “perteneciera a su sexo”; e ignorando por completo la evidencia arqueológica de pueblos nómadas de Europa Oriental y Asia Central que sugería que hombres y mujeres llevaban pantalones en ese contexto cultural.

Sin embargo, hubo unos cuantos casos históricos desafiando estas normas; por comodidad, para tener un movimiento más libre, para establecer una identidad pública poderosa para las mujeres, entre otras razones. Por ejemplo, se creó el vestido turco (una falda corta hasta la rodilla con pantalones debajo) usado por mujeres y trabajadoras en pozos de carbón; y una versión deportiva de éste para el ciclismo femenino. Sin embargo, muchas mujeres sufrieron arrestos por vestir con lo que se consideraba “indumentaria masculina”.

El primer pantalón femenino se lanzó en 1911. El contexto de la Segunda Guerra Mundial ayudó con la demanda de este tipo de pantalones, ya que al tener que trabajar usaron la ropa civil de sus esposos, y al irse esta desgastando, tuvieron que comprarse nuevos. Los vaqueros femeninos nacieron gracias a André Courrèges en 1960, y el primer smoking femenino, que obviamente incluía un pantalón, en 1966. Con el pasar del tiempo, y gracias a la incorporación de las mujeres de los pantalones en sus vestuarios diarios pese a las críticas; el uso se normalizó para ambos sexos y aquellas leyes se desestimaron.


Le Smoking, de Yves Saint Laurent, 1966. Fue considerado el primer esmoquin femenino.

Jean, el predilecto de siempre


Los vaqueros siguen siendo un artículo de moda y vestimenta informal muy popular, y vienen en varios ajustes, estilos y colores. Sin embargo, los que más perduran son los azules, que se identifican con la cultura del viejo oeste. De todas formas, son una prenda que definitivamente no va a salir de tendencias muy pronto, ya que, no importa la variante, sigue siendo el favorito de la mayoría de la gente.

 


 

 


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